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Más de enfoque

15.01.2018

Isabel Césped

Isabel Césped es magíster en historia, profesora y licenciada en música, intérprete superior mención clarinete de la Universidad Católica de Valparaíso (PUCV) y diplomada en dirección de bandas PUC-Corfobae. Inició su camino musical en la Orquesta Juvenil de Viña del Mar, el año 1994 y trabajó en el Coro Femenino de Cámara de la PUCV. Es cofundadora de Coral Femenina de Viña del Mar. En la investigación musical se ha focalizado en el siglo XIX. Es docente de la Universidad Técnica Federico Santa María, DUOC UC Viña y la Escuela Moderna de Música en Viña del Mar.

¿Cómo sobrevivir a un proyecto de vanguardia?

Crónicas del Proyecto Canto de Sirenas en la Bahía de Valparaíso 2006

Es común en Chile actual, que los artistas debamos convertirnos en gestores culturales, en especial, si uno pretende concretar proyectos personales o grupales que funcionen al margen de las instituciones que patrocinan, en este caso, la música contemporánea. Es más, los artistas chilenos de hoy, debemos especializarnos en confección de proyectos, ya sea para ganar una beca, grabar un disco, publicar una investigación, realizar una gira, etc.. Ciertamente, al trabajar contratado en alguna orquesta, o, realizando clases, se puede tener una vida más quieta; se puede cultivar su especialidad, perfeccionarse en la interpretación o en la docencia. Se goza además, de sueldo los 12 meses al año, protección social en salud y jubilación. Sin embargo, la mayoría de nosotros vive al margen de esta cobertura social.

Gracias a esta capacidad de gestión de los artistas, es que muchos proyectos se han concretado. Me refiero al trabajo realizado para levantar la mayoría de los Festivales de Música Contemporánea en el país, y otras expresiones, tales como como Festivales de Jazz, Festivales de Tango, etc. Gremios por ejemplo, como la Asociación de Música Contemporánea de Valparaíso, quienes tuvieron un protagonismo en la escena de la música contemporánea en la primera década del segundo milenio. Lo que continúa en este relato es cómo se gestó una idea un tanto extravagante, que luego se configuró en un proyecto, que, con muchas dificultades en el camino, se logró concretar.

Más de enfoque

15.01.2018

Isabel Césped

Isabel Césped es magíster en historia, profesora y licenciada en música, intérprete superior mención clarinete de la Universidad Católica de Valparaíso (PUCV) y diplomada en dirección de bandas PUC-Corfobae. Inició su camino musical en la Orquesta Juvenil de Viña del Mar, el año 1994 y trabajó en el Coro Femenino de Cámara de la PUCV. Es cofundadora de Coral Femenina de Viña del Mar. En la investigación musical se ha focalizado en el siglo XIX. Es docente de la Universidad Técnica Federico Santa María, DUOC UC Viña y la Escuela Moderna de Música en Viña del Mar.

“Canto de Sirenas en la Bahía de Valparaíso” fue una intervención sonora, compuesta, gestionada y producida conjuntamente junto María José Opazo Marincovic y fue el evento inaugural de los “Carnavales Culturales Valparaíso” el año 2006.1 Lo particular de la propuesta, era que el staff de instrumentos que se utilizaría: éstos serían las sirenas de la flota de buques aposentada en la bahía de esta ciudad puerto y que esta ocasión, sonarían organizadamente, como una suerte de “gran órgano”, durante 5 minutos, en el anfiteatro natural que conforma nuestra ciudad.2 Es importante mencionar que escuchar sirenas en Valparaíso, es algo bastante habitual, cada vez que arriba un barco, éste anuncia sus movimientos haciendo sonar sus sirenas. Cuando se despide o se recibe al buque escuela Esmeralda, por ejemplo, suenan todos los pitos de las embarcaciones de la bahía. Más, para los que han visitado Valparaíso en los festejos del Año Nuevo, probablemente también escucharon el sonido de los pitos de los buques a las 00.00 hrs., un momento emocionante y sobrecogedor, que antecede al inicio de los fuegos artificiales. Justamente, fue de este modo, como surge la idea: María José y yo sentadas sobre un techo de Cerro Artillería el año 2005, esperando el nuevo año.3

1. María José Opazo, licenciada en ciencias y artes musicales PUCV. Intérprete superior mención percusión UCH. Diplomada en gestión cultural y magíster en teoría e historia del arte UCH.

2. En la idea original, al mismo tiempo que las sirenas cantaran, sonarían todos los campanarios de la ciudad. Esto disparaba lamentablemente, los costos del proyecto, y en una visita técnica, comprobamos que en Valparaíso, hay pocos campanarios en uso. Muchas iglesias actualmente tienen parlantes, donde suenan grabaciones de campanarios. Por eso no es extraño escuchar en Valparaíso, el campanario de la Basílica de San Marcos de Venecia. Por los factores entes mencionados, la idea de los campanarios se sacó de la primera versión del proyecto Sirenas.

3. Esta idea y muchas otras surgieron en la casa de María Carolina López, compositora y directora de orquesta.

En aquella época, teníamos 26 años, y nos acompañaba una gran pasión por buscar nuevos lenguajes, por ser “vanguardistas”, probablemente un sello que dejó el Instituto de Música de la Universidad Católica de Valparaíso, que fue nuestra casa de estudios. Para ese momento, ambas habíamos egresado de licenciatura y María José cursaba interpretación Superior en la Universidad de Chile, y yo acababa de titularme de Intérprete Superior en Clarinete en la PUCV. Habíamos ganado experiencia tocando en diversos festivales de música contemporánea (la mayoría de las veces gratuitamente), varios años formándonos en orquestas juveniles, junto a algunas giras internacionales con diferentes elencos y pasantías, por tanto, nos empoderamos y comenzamos a concretar nuestro proyecto. Sin embargo, no sospechábamos que nos habíamos auto impuesto un enorme desafío. Como los tripulantes de los buques no leían música, fue necesario instalar a 6 músicos en los buques y barcazas, en tanto María José y yo, dirigíamos desde la cubierta de la Fragata Williams, marcando las entradas hablando (más bien gritando por los altos decibeles de la sirena). Junto a esto, se dispusieron en la Plaza Sotomayor, otros dos músicos, que no salen en la siguiente foto, me refiero a Marcelo Stuardo y Rodrigo Morales: su trabajo consistiría en accionar un “video complementario” a la intervención sonora en la Plaza Sotomayor, donde estaría instalada la Presidenta Bachelet y la Ministra de Cultura, Paulina Urrutia. Este video debía iniciar justo en el momento del comienzo del espectáculo sonoro.

1. María José Opazo, licenciada en ciencias y artes musicales PUCV. Intérprete superior mención percusión UCH. Diplomada en gestión cultural y magíster en teoría e historia del arte UCH.

2. En la idea original, al mismo tiempo que las sirenas cantaran, sonarían todos los campanarios de la ciudad. Esto disparaba lamentablemente, los costos del proyecto, y en una visita técnica, comprobamos que en Valparaíso, hay pocos campanarios en uso. Muchas iglesias actualmente tienen parlantes, donde suenan grabaciones de campanarios. Por eso no es extraño escuchar en Valparaíso, el campanario de la Basílica de San Marcos de Venecia. Por los factores entes mencionados, la idea de los campanarios se sacó de la primera versión del proyecto Sirenas.

3. Esta idea y muchas otras surgieron en la casa de María Carolina López, compositora y directora de orquesta.

De izquierda a derecha: Marcelo Villar, María José Opazo, Isabel Césped, Marcela Orellana, Natalie Recabarren, Fabiola Paulsen, Pascuala Ilabaca y Jaime Frez. Ensayo de Sirenas, días previos al 27 de diciembre de 2006.

Postular a la convocatoria y clasificar para “Inaugurar” el evento de ese año fue posiblemente la tarea más sencilla. A las autoridades culturales de la Municipalidad de Valparaíso les encantó la propuesta -recordemos la euforia “patrimonial” de ese momento en la ciudad- sin embargo, la gestión de los buques navales, de los barcos mercantes y lanchones corría por nuestra cuenta. Por supuesto que se redactaron varias cartas para cooperar con el proyecto, pero las cientos de llamadas telefónicas, los plantones afuera de oficinas, las entrevistas con diversas autoridades, fue tarea exclusiva nuestra.

De izquierda a derecha: Marcelo Villar, María José Opazo, Isabel Césped, Marcela Orellana, Natalie Recabarren, Fabiola Paulsen, Pascuala Ilabaca y Jaime Frez. Ensayo de Sirenas , días previos al 27 de diciembre de 2006.

No puedo olvidar el sorprendido rostro del Capitán Arnoldo Peralta, vinculado a relaciones públicas, el día que fuimos a que pedirle que nos prestara parte de la Flota de la Armada, para "hacer música contemporánea" con ella.4 Sin embargo, para nosotras tenía una gran carga simbólica utilizar las sirenas de los buques de la Armada de Chile, que son esencialmente instrumentos bélicos (o para resguardar la paz, opinan algunos), que por unos instantes, tan solo unos minutos, se transformarían en objeto de arte.

4. Es muy posible que el Capitán Peralta considerara que era una idea absolutamente descabellada.

Para nuestro tormento, en la etapa de producción, este mismo capitán, unos días antes del evento, se retracta y nos dice - por teléfono - que no nos prestarían los buques. María José, fue a visitarlo a su oficina el mismo día y muy educadamente, le explicó: “Capitán Peralta, esta es una actividad oficial del gobierno y me veo en la obligación de informar personalmente a la Ministra de Cultura de esta negativa cooperación” (que luego supuestamente informaría a la Presidenta). Fue en ese momento, cuando posiblemente vislumbró la implicancia de esta decisión, y seguramente se la transmitió a su jefe, y al cabo de un día, la flota solicitada, nuevamente estuvo a nuestra disposición. Ciertamente, esto fue gracias a esta audacia y convicción de María José. Esa noche de espera, ninguna de nosotras durmió. Nosotras en ningún caso teníamos trato directo con la Ministra Urrutia, sin embargo, nuestra convicción no flaqueó.

Claramente el proyecto sin los buques de la Armada de desmoronaba. Que finalmente pudiésemos usar las sirenas de los buques de la Armada, fue un proceso bastante tenso. Recordemos que no contábamos con el "protagonismo" del evento, tanto como para tener la atención de la Ministra Urrutia, y menos aún de la Presidenta Bachelet.

La empresa naviera Saam, permitió el uso de 2 lanchones sin imponer ninguna dificultad. Estos pitos eran "las sopranos" de la intervención por su registro agudo.

Manos a la Obra

Para poder componer la música de esta intervención, fue necesario hacer algunos estudios preliminares: en primer lugar, saber que altura emitía cada pito y así comenzar las composiciones. Luego fue necesario medir la velocidad en la que se trasladaba el sonido de las sirenas a través de la bahía, para poder diseñar una obra que llegara coherentemente a la costa. Aquí surgieron las primeras dificultades. Ciertamente no era para nosotras tan trascendente lo "intemperadas" de las alturas de los pitos, sin embargo, debido a las diferentes distancias en la que estaban dispuestas las embarcaciones, junto a la presencia del caprichoso viento de Valparaíso, causaban que el sonido llegara en distintos momentos a la costa.

4. Es muy posible que el Capitán Peralta considerara que era una idea absolutamente descabellada.

Isabel Césped y María José Opazo en la torre de control de radio de la armada durante los estudios preliminares, nov. 2006.

Ante tamaño problema, no nos quedó más que hacer lo posible para que, al menos, el sonido que surgiera de la Sirenas fuera lo más fiel posible a la composición escrita: cada músico debía leer y accionar su respectiva sirena en el momento en se le indicara por sistema de radio; Por esta razón, que la obra tuvo que ser dirigida desde la cubierta de un buque, ubicado al centro de la bahía, con una radio portátil. De este modo y pese al fenómeno físico al que estábamos sometidos, pudiésemos al menos, tener una audición envolvente. Comprobamos, luego de la grabación del audio de esta intervención, que fue una decisión sabia dentro del contexto.

Isabel Césped y María José Opazo en la torre de Control de Radio de la Armada durante los estudios preliminares, nov. 2006.

La intervención incluía 5 micro piezas: "Obertura", " Lamento", "Antonio Araya", "Largo" y "Danza".5 Dado que nuestra paleta de sonidos era bastante limitada y estaba regida por las alturas de los pitos que estaban en ese momento en Valparaíso, las composiciones realizadas se ajustan a los recursos sonoros dispuestos. No quiero hablar extensamente de la música, pues me parece fundamental que se considere como una "obra abierta", que no existe un staff fijo de instrumentos, el cual cambia semanalmente en nuestra bahía. Esta intervención ni siquiera fue inscrita bajo los derechos de autor en Chile, pues entendemos que en su fisonomía es esencialmente cambiante, y que probablemente nunca podrá replicarse de la misma forma de ese día.

5. Las primeras tres piezas las compuso Isabel Césped y las dos piezas finales las compuso María José Opazo. "Antonio Araya" en honor a nuestro profesor de polifonía de primer año, en el IMUS-PUCV. Intencionadamente, la pieza tiene muchos tritonos, lo que en composición en estilo de Canto Gregoriano están prohibidos.

Un factor negativo en esta intervención, fue el compromiso incumplido de las autoridades en cerrar por 5 minutos la calle Errázuriz (Vía que se ubica entre el molo y la Plaza Sotomayor), tampoco cumplieron el black out de Plaza Sotomayor, para que se silenciara un poco la ciudad y se pudiera escuchar las sirenas desde Plaza Sotomayor (ubicada a dos kilómetros aproximadamente de las embarcaciones). Lamentablemente, lo que apreció la Presidenta Bachelet en esta inauguración fue el video complementario de la producción, que se proyectaba en este lugar y escuchó sólo periféricamente la música. En este instante, nosotros ya estábamos dispuestos en los buques y embarcaciones y no podíamos hacer nada, tan solo seguir adelante. Esto fue un factor muy frustrante en este trabajo.

5. Las primeras tres piezas las compuso Isabel Césped y las dos piezas finales las compuso María José Opazo. "Antonio Araya" en honor a nuestro profesor de polifonía de primer año, en el IMUS-PUCV. Intencionadamente, la pieza tiene muchos tritonos, lo que en composición en estilo de Canto Gregoriano están prohibidos.

A continuación les presento el "video complementario" al cual me he referido antes, imágenes que fueron grabadas unos días antes del estreno, al cual, en una etapa de post-producción le agregamos el sonido real de aquel día 27 de diciembre de 2006. Es posible que este video, sea el único testimonio de ese día.6 El testimonio que presento a ustedes, fue posible además, gracias al registro del audio de esta intervención, que encargamos al músico y sonidista Fernando Godoy, quien se ubicó en el Paseo 21 de Mayo del Cerro Artillería, para captar el audio, ubicado frente al molo de abrigo de Valparaíso. La propuesta audiovisual, relata cómo el canto de sirenas llama a los porteños y los saca de sus contextos cotidianos y simplemente se asoman a sus ventanas y miran al mar.7 Las personas que participan en este video, son amigos y familiares que con una gran disposición se sumaron a este épico proyecto de música contemporánea.8

6. Destaco el trabajo del equipo audiovisual del proyecto, que probablemente gastó muchas horas de trabajo de edición en tratar de hacer calzar los movimientos de las manos con el sonido real de esta intervención sonora

7. Una cita simbólica al Canto XII de la Odisea de Homero.

8. Realización audiovisual de Filip Carrasco, Andrés Durán y Paulina Marconi. Actores: Rodrigo Morales, Ina Césped, Marcelo Villar, Paulina Marconi, Fabiola Rey, y niños jugando en las calles, de los cuales, lamentablemente, no registramos sus nombres.

En ese momento, no vislumbramos la trascendencia de esta manifestación artística, sin embargo, podemos evidenciar cómo otras agrupaciones y eventos de música contemporánea local, como Festival Tsonami, encabezados por el mismo Fernando Godoy (y su equipo de trabajo), realizaron nuevas versiones de esta intervención sonora en la ciudad, incluso con invitados internacionales a cargo de la composición.

Espero que el relato de este trabajo, ayude de alguna forma a creadores, intérpretes y gestores, para enfrentar sus propias iniciativas y sueños, muchas veces, desde las trincheras, como una resistencia creativa y activa.

Hoy, miro al pasado, y me parece increíble, lo que pudo surgir de dos estudiantes de música de 26 años sin filiación a ningún gremio, ni partido político, sentadas sobre el techo de una casa en Cerro Artillería, esperando un año nuevo, hablando de música…

6. Destaco el trabajo del equipo audiovisual del proyecto, que probablemente gastó muchas horas de trabajo de edición en tratar de hacer calzar los movimientos de las manos con el sonido real de esta intervención sonora

7. Una cita simbólica al Canto XII de la Odisea de Homero.

8. Realización audiovisual de Filip Carrasco, Andrés Durán y Paulina Marconi. Actores: Rodrigo Morales, Ina Césped, Marcelo Villar, Paulina Marconi, Fabiola Rey, y niños jugando en las calles, de los cuales, lamentablemente, no registramos sus nombres.

María José Opazo e Isabel Césped sobre la cubierta del buque escuela “Esmeralda”, durante la producción. Curiosamente el lema que aparece sobre el puente de mando “Vencer o Morir” fue bastante cercano a las emociones sentidas en el proceso que acompañó esta obra.

María José Opazo e Isabel Césped sobre la cubierta del buque escuela “Esmeralda”, durante la producción. Curiosamente el lema que aparece sobre el puente de mando “Vencer o Morir” fue bastante cercano a las emociones sentidas en el proceso que acompañó esta obra.